por Babymoov

Las materias grasas: ¿buenas o malas para el bebé?

Las materias grasas son sinónimos, en el inconsciente colectivo, de grasas superficiales o de sobrepeso.
Sin embargo, el organismo y, concretamente, el cerebro necesitan materias grasas para funcionar. ¿Dónde se pueden encontrar o elegir las materias grasas «buenas» para añadir a la alimentación del bebé?

La mantequilla y los aceites están compuestos esencialmente por materias grasas, que también están presentes en el queso, la carne y en todos los productos cocinados industrialmente (salsas, galletas, etc.), donde están a menudo latentes.

Se dice que una materia grasa es perjudicial cuando aumenta el índice de colesterol «malo» en el organismo. En general, hay que evitar dar al bebé las materias grasas saturadas.

Por el contrario, los ácidos grasos insaturados son muy beneficiosos para la salud. Son los llamado ácidos «omega». Ayudan a disminuir el índice de colesterol malo y los más conocidos son el omega 3 y el omega 6. Estas sustancias esenciales para el organismo, solo puede aportarlas la alimentación, ya que nuestro cuerpo no las produce. Se encuentran principalmente en los aceites vegetales, el pescado azul o en los frutos secos.

Los aceites vegetales

Hay que decantarse por los aceites vegetales extra vírgenes o biológicos: al no haber sido calentados, conservan las grasas beneficiosas así como los principios activos naturales. No dude en ir variando los sabores: oliva, colza,  de semillas de uva, de nueces, de sésamo, de lino, etc.

El más habitual es el aceite de oliva, perfectamente adecuado para el bebé.  El ácido oleico que contiene favorece el crecimiento de los huesos de los niños, y sus antioxidantes son una verdadera defensa para el organismo.

La mantequilla y la nata

Estos dos productos lácteos poseen virtudes diferentes, concretamente la vitamina B en la mantequilla, y deben formar parte de una alimentación variada en la que todos los alimentos son complementarios. Las cantidades de mantequilla han de ser inferiores a las de la nata, ya que, de media, es 3 o 4 veces más rica en materia grasa. Por lo que se refiere al gusto, la mantequilla exalta el sabor tanto de la patata como del pescado blanco, mientras que la nata suaviza el sabor de la chirivía o de la calabaza, por ejemplo.

Su papel en el sabor

La materia grasa es un transmisor de sabor esencial en la cocina. Por tanto, los purés del bebé, incluso a base de verduras, se transforman, desde el punto de vista gustativo, con la adición de una nuez de mantequilla fresca o una cucharadita de aceite de avellanas en el momento de la mezcla. Nunca dejaremos de hacer hincapié en que comer sano no está reñido con comer bien.

Recuerde:

Cada materia grasa tiene una función diferente en el organismo. Varíe lo máximo posible los alimentos donde estas materias grasas están presentes: carne, huevo, pescado y productos lácteos.

Esté siempre atento a las materias grasas añadidas. Los aceites y la mantequilla son aliados, y deben utilizarse sobre todo crudos para el bebé.